Buscar este blog

Archivo del Blog

miércoles, 17 de marzo de 2010

Despertando al ejercicio

Amigos, más una buena colaboración de nuestro amigo Alex.


Despertando al ejercicio

La importancia del calentamiento antes de iniciar una actividad física es clave para prevenir lesiones y también para afectar positivamente el rendimiento.

Dr. Mauricio Purto

Tratándose de lesiones, hay una fina línea entre sostener una actitud positiva y ser inocente al soslayar una rutina de ejercicios de calentamiento. Mientras la disciplina sea más intensa, más importante es reforzar una correcta preparación, que se traduce en darle tiempo al organismo para despertar al nuevo estado de acción deportiva.

El darse cuenta de la importancia de un buen calentamiento antes de que sea demasiado tarde vale oro, es sabiduría pura. Mientras que respecto de la manera como uno estructura su práctica en cuanto a su progresión, intensidad y calidad, un buen o un mal calentamiento es el principal factor que determina la habilidad para evitar dolencias.

Quizás una de las razones por las que el mensaje sobre calentamiento penetra poco es porque hay escasa información útil referida a qué es lo que uno debe hacer para calentar. ¿Cuántas personas puedo decir que haya visto calentando antes de emprender, por ejemplo, una escalada de una palestra o de una pared?

Aparte de unos pocos braceos y unas cuantas flexiones de cintura, casi nadie calienta correctamente. La ironía es que algunas formas bizarras y extremas de preparación que se ven en ciertas ocasiones son potencialmente más dañinas que si se prescinde de ellas y se inicia la actividad en frío.

Otra explicación del olvido que sufre la preparación puede ser la flojera y el miedo de que se escape el temple de enfrentar la rutina principal. Por eso hay que considerar al calentamiento como parte integral de la práctica deportiva y del acondicionamiento físico.

El calentamiento es un espacio de transición entre actividad física que tiende a cero y actividad física intensa.

En esa interfase salimos de la inercia. Debe ser sutil, lo suficiente para darle tiempo a nuestro organismo para que eche a andar sus respuestas de adaptación inmediata a los requerimientos energéticos y mecánicos al ejercicio, introduciendo lentamente la carga de trabajo. Y también de una manera controlada, en un espacio de tiempo razonable. Ir muy fuerte, muy rápido, es disipar el calentamiento y perder rendimiento final. Uno se da cuenta y aprende que si empezó muy intensamente, la capacidad de largo aliento baja de manera considerable.

Uno de los pilares del calentamiento es la elongación de casi todos los grupos musculares, tendinosos y ligamentosos del cuerpo involucrados en la práctica. Esto, coordinado con el ritmo respiratorio y sintiendo el estiramiento paulatino. No a las insistencias. Hay que llegar al límite personal y sostenerlo respirando unos diez segundos. Así nos damos tiempo para "entrar al cuerpo".

En orden cronológico, los pasos generales son:

1) Aumento del pulso: si al lugar de la práctica se llega a pie tras una ardua caminata, podemos olvidarnos de esta etapa. De lo contrario, necesitaremos hacer ejercicio aeróbico suave para despertar nuestro sistema cardiorrespiratorio previo al esfuerzo. Esto se traduce en un trote suave, aunque in crescendo , de quince a veinte minutos.

2) Movilidad general: conviene agitarse otros 5 minutos desde la cabeza a los pies en movimientos aleatorios antes de empezar los ejercicios de elongación.

3) Elongación general y específica: se debe realizar entre 15 y 20 minutos.

4) Soltura.

Saludos cordiales.

Jeison Costa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario